Alguien ha escrito que cuando una lengua muere los que la habían hablado en el pasado mueren por segunda vez. Ocurre lo mismo cuando se extinguen los viejos mitos, y son sustituidos por otros nuevos. Nunca entenderemos el significado de las pinturas rupestres, sencillamente porque a nosostros no nos dicen nada, ya no nos hablan. Y ocurrió algo más terrible: la naturaleza dejó de hablarle al hombre.

Tal vez alguna generación más sabia que la presente vuelva a escuchar la voz de la naturaleza en el viento.

Juan Luís Arsuaga, El collar del Neandertal

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