Heinrich Zimmer, El rey y el cadáver.

Cambiemos nuestra naturaleza y habitaremos un mundo renovado. Ya se esté reinando majestuosamente en una sala espléndida, o torturado en medio de los fantasmas y cadáveres del pasado, o en comunión con los poderes supremos de la existencia, jamás se da un paso más allá de los límites de la propia circunferencia. Este mundo y…

Henryk Skolimowski, La mente participativa.

Los símbolos divinos en las diferentes religiones no surgieron de la vanidad del hombre o de su irracionalidad; fueron creados como actores esenciales en el drama cósmico del devenir. ¿Qué puede hacer una ecuación frente a una imagen divina? Los símbolos científicos son pálidas sombras en comparación con la extraordinaria riqueza de las realidades que…

James Hillman, El pensamiento del corazón.

El deseo se hace indestinguible de su objeto. Estoy unido a lo que me quema; estoy ungido con la grasa de mi propio deseo, soy prisionero de mi propio entusiasmo, y por tanto estoy exiliado de mi propio corazón cuando creo que más me pertenece. Perdemos el alma justo cuando la descubrimos. James Hillman, El…

Helen Keller, El mundo en el que vivo.

El sueño, de un golpe suavísimo, cierra todas las puertas de nuestros sentidos físicos y arrulla a la voluntad consciente – la supervisora de la disciplina de nuestros pensamientos cuando estamos despiertos- para que descanse. Luego, dando un violento tirón,  el espíritu se zafa de los vigorosos brazos de la razón, y cual alado corcel, …

James Hillman, El código del alma.

Dentro de cada persona existe una imagen del corazón. Eso es lo que realmente revelamos cuando nos enamoramos en serio, pues entonces podemos exponer con más veracidad quiénes somos, dando un atisbo del genio de nuestra alma. “Ser” es ante todo ser visible. Al permitir pasivamente que le vean, uno tiene la posibilidad de ser…

Alexandra David Neel, En el corazón del Himalaya.

Pero es pueril discutir las leyendas. Se debe saborear su encanto y no pedirles ninguna verosimilitud. Forman parte de otro mundo que aquél en el que nosotros nos movemos de manera prosaica; pertenecen al dominio del sueño y, si no les violentamos, están totalmente dispuestas a proporcionarnos acceso a él.  Alexandra David Neel, En el…