Este pasado mes de noviembre ha supuesto para el pintor Lluís Roura un momento de plena actividad dentro de su vida artística y social, fruto de meses de trabajo y de su carácter extrovertido, siempre en contacto con distintos estamentos políticos, sociales y culturales.
 
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El pasado 21 de noviembre el pintor asistió a la Galería Nacional de Arte Extrangero en Sofía, Bulgaria, con motivo de la donación de cuadros de pintores españoles, en la que han puesto mucho interés tanto la reina Margarita de Bulgaria como la cónsul de Bulgaria en Barcelona, la señora Adela Clemente, y para la cual se propusieron obras de cuatro pintores catalanes: Vives Fierro, Xavier Carbonell, Josep Cruanyes y Lluís Roura. Con este motivo, cabe destacar la recepción que tuvo lugar en la residencia privada del primer ministro Siméon de Bulgaria, a la que asistieron los duques de Lugo, la infanta doña Elena y don Jaime de Marichalar, y el pintor Lluís Roura. Por otra parte, el pasado 9 de noviembre Joan Antoni Samaranch visitó la Columna Emporitana, un mosaico de 13 metros de altura situado en la entrada de L´Escala, que Lluís Roura ha creado en colaboración con el artista mosaicista Olivé Milian. También reciente ha sido la inauguración en Andorra de una galería de arte “Art al Set”, a la que asistió el presidente del gobierno de Andorra, Marc Forné, junto a Lluís Roura y a una representación de pintores de Girona. También desde Andorra Lluís Roura ha empezado a trabajar en un libro donde se conjugan la pintura, la fotografía antigua y la plástica, conjuntamente con un escritor del principado, Antoni Morell, mientras que acaba de salir la segunda edición del libro L´Escala, imatge de tres segles con textos de Lourdes Boix.
¿En qué consiste su última obra? Mi última obra la constituye básicamente lo que yo llamo mi “obra pública”, la Columna Emporitana de L´Escala, otra columna que se inauguró hace dos años en Figueres, y las seis pinturas de Tierra Santa de tres por dos metros, expuestas en la iglesia de Santa Maria de Banyoles. Por otra parte, este mismo verano he terminado otra pintura de dimensiones considerables, que se encuentra expuesta en el altar de la iglesia parroquial de L´Escala. Este tipo de obra comporta que la gente pueda disfrutar de ella en los espacios públicos, en plazas, iglesias y museos, y el hecho que esté en la calle la hace más cercana a la gente. ¿Cómo ha evolucionado su pintura? Mi obra ha evolucionado de forma muy pausada, en especial adentrándome en nuevos temas monográficos, como el último de las marismas de l´Ampurdán, lo cual me aparta de mis clásicos campos de trigo o de viñas, i con el que he descubierto espacios de arboledas, de reflejos de agua, y un nuevo tono poético, sensitivo. No obstante, el tema sigue siendo los grandes espacios, en este caso, extensiones de agua. Ha destacado su libertad como artista, su independencia artística individual. ¿Cómo llega a incidir ésta en su obra? Alejado de la academia y posiblemente también alejado de las vanguardias, estoy “navegando en solitario por el espacio”. ¿Tiene previsto seguir combinando la edición de libros con su pintura como medio para que ésta pueda llegar a un público más amplio? El hecho de que mi obra sea reproducida me transmite mucha energía. Un libro puede llegar a estar en cientos o miles de manos, mientras que un cuadro es algo más limitado a una persona. En cambio, el libro de alguna forma se multiplica, es como una voz, como un eco, que infinitamente, se va repitiendo. ¿Cuál es el mensaje que quiere transmitir su pintura? Mi pintura es un intento de tranquilizar los espíritus, de calmar las almas. Es un deseo de transmitir el placer que yo siento en medio del campo, en el que llego a ser tremendamente feliz cuando pinto. Se trata, simplemente, del mensaje de una persona que ama su tierra, que desea hacer vivas unas emociones respecto a ella, para que la gente aprenda a disfrutar, a contemplar la naturaleza, la belleza que nos rodea. Por otra parte, cada vez más la gente se está dando cuenta de  lo que significa una agresión urbanística, y de alguna forma, mi intención es la de pintar un entorno que debe evitarse que sea destruido. ¿Qué lugar ocupa la intuición en la creación de su obra? En mi obra la intuición adquiere la apariencia de una transformación. Cuando me encuentro en un campo de amapolas, no me limito a copiar las amapolas, sino que éstas son una excusa para crear un gesto, una vitalidad. A menudo, los elementos naturales son el pretexto para crear unas formas abstractas, unas formas de energía que provocan que el pincel se desplace en la tela, sin saber cuál va a ser el resultado final, el cual a veces depende de cómo regalima el aguarrás, todo en una especie de ritmo, de danza, de fuerza. Siendo el  tema básico de su obra la naturaleza, cree que a través de él pueden explicarse nuestras raíces, quiénes somos y adónde nos dirigimos? Nuestro entorno procede de la viña, del olivo, del trigo, de los griegos, de la cultura mediterránea; el vino, el pan, son como pequeños pósitos ancestrales que llevamos dentro, quizás todo ello nos esté diciendo de dónde venimos... adónde vamos yo diría que sería el resultado de esta realidad cultural y geográfica.
¿Qué proyectos artísticos podemos esperar que sean inminentes? Un proyecto que aún me queda pendiente es el de marcharme dos o tres meses a la Polinesia, donde estuve hace diez años. Allí empezé una serie de obras y decidí hacer un monográfico de este tema más adelante. El otro proyecto que tengo en mente sería el de Arizona, los grandes espacios del oeste; por otra parte hay algunos libros que tengo en proyecto, a los que estoy empezando a dar forma, entre ellos el que ya se ha mencionado sobre Andorra. Entre el año 1997 y el 2000 realizó seis grandes pinturas de Tierra Santa que están expuestas en la iglesia parroquial de Santa Maria de Banyoles.
¿Por qué un viaje a Tierra Santa? Se trata de una cuestión puramente religiosa. Me formé en El Cullell, en un ambiente religioso en el que me sentí arropado. Era a finales de los años 50 cuando presencié una proyección de diapositivas de Tierra Santa a cargo del sacerdote Mn. Albert Vidal, que se dedicaba a presentarla en los distintos pueblos de la província. Había oído hablar repetidamente de Jerusalén, Belén, Nazaret, y tenía estos lugares como algo imaginario, y poder contemplar las imágenes reales del lugar me fascinó y acabó motivándome al cabo de muchos años a viajar a Tierra Santa, a la que he hecho ya cinco viajes. Así se creó una necesidad de realizar alguna obra, con motivo de los 2000 años del cristianismo, y la primera de ellas fue el libro de Josep Valls Terra Santa any 2000, y por otra parte estas seis obras que están expuestas permanentemente en la iglesia parroquial de Santa Maria de Banyoles. Curiosamente, casi después de 50 años puedo decir que estoy haciendo la misma labor que aquel sacerdote en colaboración con Josep Valls. Respecto a este tema, mañana lunes, 8 de diciembre a las seis de la tarde, en un acto organizado por el Rotary Club  Banyoles, va a tener lugar el pase de diapositivas de Tierra Santa, una charla sobre los países bíblicos de Egipto, Jordania, Palestina e Israel en los locales parroquiales de la iglesia de Santa María de Banyoles.
 
Suplement dominical Vivir en Girona, del Diari La Vanguardia, 7 de desembre de 2003.

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