Los cuentos de hadas tienen un valor inestimable, puesto que ofrecen a la imaginación del niño nuevas dimensiones a las que le sería imposible llegar por sí solo. Todavía hay algo más importante, la forma y la estructura de los cuentos de hadas sugieren al niño imágenes que le servirán para estructurar sus propios ensueños y canalizar mejor su vida.
Éste es precisamente, el mensaje que los cuentos de hadas transmiten a los niños, de diversas maneras: que la lucha contra las dificultades serias de la vida es inevitable, es parte intrínseca de la existencia humana, pero si uno no huye, sino que se enfrenta a las privaciones inesperadas y a menudo injustas, llega a dominar todos los obstáculos alzándose, al fin, victorioso.
Los temas de los cuentos de hadas no son síntomas neuróticos, no son algo que estamos en posición de entender racionalmente, y de que, por lo tanto, podemos deshacernos.
Estos temas se experimentan como algo maravilloso porque el niño se siente comprendido y apreciado en el fondo de sus sentimientos, esperanzas y ansiedades, sin que éstas tengan que ser sacadas e investigadas a la áspera luz de la racionalidad, que yace todavía tras ellas. Los cuentos de hadas enriquecen la vida del niño y les prestan una cualidasd fascinante, precisamente porque no sabe de qué manera ha actuado el encanto de dichas historias sobre él.
El mensaje es efectivo siempre que sea transmitido, no como moraleja o exigencia, sino de un modo casual, que muestre que la vida es así.
El cuento de hadas ofrece al niño materiales de fantasía que, de forma simbólica le indican cuál es la batalla que debe librar para alcanzar la autorrealización, garantizándole un final feliz.
El cuento es la forma imaginaria que han tomado los problemas humanos más o menos universales, al ir pasando, dichas historias, de generación en generación.
Los cuentos de hadas no se refieren a la posiblidad de que algo ocurra sino al deseo de que así sea. Y esto es lo que el niño ve con más claridad, puesto que para él no hay nada más verdadero que lo que desea.
El valor de los cuentos de hadas es que proporcionan respuestas, por muy fantásticas que sean, incluso a preguntas de las que no somos conscientes porque nos inquietan tan sólo a nivel inconsciente.

Bruno Bettelheim, Psicoanálisis de los cuentos de hadas.

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